¡Mirá que profundo que soy!

Hablando de eso de "hacer las primeras armas", si esta pasantía fue mi primer arma en el periodismo, creo que fue un revolver con una sola bala.

¡Miren qué tarde que es!

Si usted es habitante del planeta Tierra en algún punto de su vida va a tener que escapar de la policía a través de una ciudad. Es así, no se resista. Le pasó a Sick Boy en Trainspotting, a Escobar en la vida real y a Jesús en la Biblia.
Entonces surge la obvia pregunta: cuando me estoy escapando de la policía por, no sé, pelearme en la calle y vandalizar una higuera (como le pasó a Jesus), ¿me tomo el bondi o sigo corriendo a pata?
La respuesta no es tan obvia, pero tampoco es la tercera opción oculta "llamar al Chapulín Colorado". Para revelar la solución a semejante dilema, que nos aqueja a todos por lo menos una vez en la vida, he aquí la Lista Definitiva Que Versa Sobre Los Pro Y Los Contras De Escaparse De La Policía En El Bondi En Vez De Correr Como Un Kenyata En Las Olimpíadas (estoy trabajando en el nombre todavía):

PRO: Usted se cansa menos.
CONTRA: Usted hace menos ejercicio, por lo que acorta potencialmente su vida.
PRO:Usted se aleja más rápido de las balas, por lo que alarga potencialmente su vida.
CONTRA: Si los policías lo ven abordar el colectivo y son módicamente inteligentes, habrá una sorpresa muy desagradable en la parada siguiente.
PRO:Se camina menos hacia la casa.
CONTRA: Si se toma un colectivo de recorrido deconocido, se puede terminar en un barrio en donde la idea de turismo es violar a los extraños.
PRO: Se puede encontrar el amor de su vida.
CONTRA: No va a haber mucho tiempo para intentar charlar con el mismo.
PRO: Se ejercitan las destrezas amatorias.
CONTRA: Si las intenta ejercitar demasiado tiempo, los internos del penal las van a poder ejercitar con usted.
PRO: Si tiene arma, no va a ser necesario pagar.
CONTRA: Si no tuvo la precaución de cargar la Redbus o llevar monedas y se sube igual al bondi... Medio que se merece ir preso.
PRO: Se conoce la ciudad.
CONTRA: Se puede llegar a conocer el penal, desde adentro (aunque esto no es realmente culpa del colectivo tanto como suya).


Supongo que hay más pros y contras, pero desde hace 9 horas estoy haciendo un trabajo para presentar mañana y ya no se me ocurren más. Que el cansancio también sea una excusa para el resto del post.

¡Ufffffffff!

Lista de cosas que hice hoy mientras no hacía nada en el trabajo:

Cafés varios, cortesía del señor Alonso.
Mensajes de texto varios, ninguna respuesta. Hatajo de malas personas.
Actualicé mi status de facebook como 18000 veces. O dos, parecieron muchas.
Comenté en casi todo lo comentable en facebook.
Revisé todos los blogs que reviso habitualmente.
Revisé todos los blogs que no oreviso nunca.
Leí todo el diario. Es un asco.
Preparé dos entrevistas para entrevistadas que no llegan.
Actualicé el blog.
Paseé por la redacción molestando a mis compañeros.
Ajusté los presets de la silla nueva para tener una postura mejor.
Cambié el fondo de pantalla de la PC.
Ya hora me voy a hacer una entrevista.

Esta es la entrada 151.

Una consideración

El mundo es un lugar horrible. No exagero, todas las cosas malas que pasan, que son muchísimas, pasan dentro del mundo. Acá, la vida puede valer lo que vale un par de zapatillas, la gente se odia sin ningún remordimiento, y todo se destruye.
En este mundo no hay opiniones, si no excusas para vivir enojados, a los que tienen el poder no les importa nadie más que ellos, ni nada más que su poder. Se alimentan del miedo que producen, se regodean en el asco y en la desolación.
Este mundo es triste, gris y apagado. La esperanza se pierde al último, pero aún así se pierde rápido. Miles, millones de personas mueren antes de siquiera saber lo que la esperanza es.
El mundo está mal, enfermo y decadente. Parece que es imposible esperar que nada bueno salga de él.

Pero a veces pasa. Muy de vez en cuando, surge algo que hace pensar que no todo está perdido, que este mundo puede ser mejor. A través del tiempo pequeñas luces se prenden, iluminando a los pocos que tienen la suerte de cruzárselas en el camino. Y quizá lo único que se puede hacer cuando eso pasa, cuando recibimos una luz que nos alegra y nos muestra la hermosura que todavía se puede encontrar, es decir gracias.

Gracias por hacer el mundo (mi mundo) un lugar hermoso para vivir.

Como sacarse un enojo

No hay que olvidarse que lo produjo, tampoco queremos hacer milagros. El enojo está ahí,, teledirigido, arrinconado en todas partes, y no deja respirar. Las venas rojas y las azules lo sienten, en la cabeza se siente, en las manos se siente y justo arriba del estómago. En todas partes se siente.
El enojo ya está y hay que sacarlo, porque arruina todo, cada vez peor. Las corridas de toros internas nublan los días más soleados y cansa cualquier caminata. Es un asco, un asco absoluto y totalitario. Sólo hay lugar para el enojo, que se come todas las cosas buenas que nos pasan, que, si no estuvieramos enojados, disfrutaríamos. Mucho, inclusive.

Pero eso ya es sabido, a nadie le pasa la vida sin un enojo. Uno grande y miles de pequeños, un ejercito de migrañitas espantosas en continuado que no dejan dormir, y queman. Hay que perderlo, suplantarlo, desarmarlo, subyugarlo, desaparecerlo y olvidarlo.
Hay que concentrarse en el pasado. Pero no en el pasado inmediato, ese que causó el enojo, en el pasado anterior, cuando todo estaba bien, porque el enojo no existía. Ahí, sí, va bien. Ese domingo, el único que no fue domingo en toda su vida, mirando el sol y vendiendo tragedias, porque los traumas venden, y nos vendemos y compramos todo el tiempo.
Vuelva, vuelva vuelva a la noche en donde dejó a de lado todo lo que creía que quería, esa noche en donde vio por primera vez que no estaba viendo nada. ¿Se acuerda no? Como rebotaban las palabras en todos lados, la luz verde y quizá una mano sobre otra mano sobreotra mano sobre otra mano. A que no se olvidó, a que todo está desapareciendo.
Está en ese miosmo lugar, ese mismo día, mirando una sonrisa de alguien que nunca aprendió a sonreir del todo, escuchando esas palabras que eran suyas pero salieron de otra boca. Surreal y Dios nos odia y mala suerte y qué vamos a hacer. Pero la sonrisa de alguien que nunca se aprendió a reir y "soy feliz" y esto debe ser la felicidad. Y todo atrás, cuando no existía el enojo y podíamos disfrutar de todo. Ahora, qué enojo puede resistir todo eso.

A mí me funciona.