Una página del deporte rey

Muchos mails me llegan implorándome de rodillas que les explique cosas de fútbol.
Todo eso es mentira, pero creo que igualmente debería explicar por lo menos uno de los mecanismos que hacen que se mueva la gran rueda imparable que es la AFA. Y como a mí todo me da lo mismo, elegí para explicar el proceso que tiene que realizar un equipo del interior para acceder al torneo de Segunda división, también llamado Primera B, Torneo Nacional o algo así que no me acuerdo ni me importa porque, vamos, hay equipos que se llaman cosas como CAI, o Ferrocarril Oeste, o Centro de Fomento, y eso no inspira nada de respeto.
Pero empecemos que el proceso el largo. Primero, el equipo tiene una fase regular, en donde se enfrenta a otros equipos, como seis, de su "zona". Esta zona puede ser "cuyo", "centro", "norte", "averno", etc. De estos partidos, ida y vuelta, se sacan los mejores puntajes, y avanzan a la siguiente etapa, que es la eliminación.
En esta evolución del campeonato, las escuadras triunfantes en sus correspondientes zonas se enfrentas con las triunfantes en otras zonas distintas a las suyas. Estos partidos darán como resultado la eliminación total de la mitad de los clubes participantes, incluida demolición del estadio y genocidio total de sus hinchadas.
Luego de esta etapa, los equipos restantes se enfrentan nuevamente, pero esta vez en una versión del deporte más parecida a lo que se veía en Supermatch, por Telefé, con trajes enormes de gigantes deformes y pelotas de playa. El árbitro pasa a ser una chica de buena figura que poco entiende de nada, inclusive de la charada de la que es partícipe.
Casi llegando a las últimas fases, los equipos que se mantienen deben pasar un riguroso test, llevado a cabo por una ilustre mesa examinadora, a cargo de los más célebres personajes de la nación. Así, vedettes, científicos, atletas y hasta el mismísimo presidente ponen al cuerpo técnico y a los jugadores en un trance de difícil solución (aunque no sé si los trances se solucionan u otra cosa). Por ejemplo, se les pregunta por diferentes capitales del mundo, recetas de cocina, monumentos nacionales, películas dirigidas por directores finlandeses, qué lleva puesto el presidente de la mesa examinadora como ropa interior, y otras cuestiones relacionadas íntimamente con el deporte.
Los pocos clubes que quedan deben añistar a sus dirigentes para el más importante de los pasos hacia el ascenso. El campeonato de piedra, papel o tijera.
La rapidez mental de unos pocos se verá premiada largamente, y, luego de un substancial soborno, se verán ascendidos a la segunda categría del fútbol argentino, donde tendrán el honor de batirse con escuadras gloriosas como Sacachispas o Rácing.


Nunca más hablo de fútbol, casi en serio lo digo.